martes, 30 de junio de 2009

El algo al fondo de la Veronique


Martes 30 de junio
Poesía: "El lago" (1820)
Autor: Alfonso de Lamartine (1790-1869)
Ganadora: Verónica Cornejo

lunes, 29 de junio de 2009

Perenchio, la leyenda continúa


Lunes 29 de junio
Novela: “La leyenda del santo bebedor”
Autor: Joseph Roth
Ganador: Marcelo Perenchio

Sincronías

Por Mario Corradini, de su libro "El Buscador"

Durante tu viaje pueden presentarse casualidades hechos sin aparente relación entre sí que traen mensajes significativos para tu andar.

Estas coincidencias son un reflejo de los procesos de tu alma manifestaciones visibles de cambios invisibles cuyas raíces están en los movimientos profundos de tu ser.

Las casualidades más importantes ocurren cuando en ti se mueven ciertas fuerzas interiores.

Si observas bien verás que se dan en paralelo con especiales períodos de tu vida de buscador: amores, muertes, fracasos, victorias, cantos y desencantos y hasta cambios de camino.

Pero estos sucesos diversos están ligados entre sí con una rítmica perfecta como si bajo la superficie de las circunstancias existieran melodías ocultas marcando los pasos en tu danza cotidiana.

Al principio no los percibes o los llamas coincidencias pero poco a poco te será familiar esta comunión esta unión común de todas las cosas.

Lo verás cuando dejes de pensar en los hechos y las cosas para comprender lo que relaciona las cosas y une los hechos entre sí.

En la vía nada sucede porque sucede todo instante tiene un orden y una razón de ser.

Los buscadores que van delante tuyo saben que se trata de un orden sin causas palpables donde tiempo y espacio son ríos que surgen del mismo manantial un orden donde los hechos son simultáneos e interdependientes.

Estas casualidades te sirven para aprender: de lo que ves de lo que escuchas de las situaciones en fin, de cada recodo del camino.

Y en tanto descubres el significado profundo de cada cosa cambia tu lectura del mundo.

De modo que un día las aguas se abren en tu interior como cuenta la leyenda y te dejan ver el fondo del mar aquello que permanece inmutable al vaivén de las olas aquello que no cambia con las corrientes ni con las tormentas de la superficie.

Entonces serás tú quién se presente a las oportunidades no al revés, te llegará información inesperada intuiciones pronunciarás palabras que ignorabas saber
o crearás belleza de un modo para ti desconocido.

Si dejas actuar esa fluidez ella se adelantará a tu paso abriéndote puertas insólitas. No caminará por ti pero liberará tu camino de obstáculos inútiles.

Entonces no existirán más coincidencias sino sincronías.

Entonces comprenderás que nada es casual que cada aspecto del mundo es parte de un sistema mayor así como tu pequeña inteligencia es apenas un fragmento de una inteligencia enorme potente sideral.

He presenciado ceremonias y rituales que pretenden influir sobre este acontecer.

Puedo contarte de antiguas leyendas descriptas en signos y símbolos extraños para ti que hablan de un centro interior de los hombres gracias al cual es posible conocer lo pasado y lo futuro.

Pero, me creas o no; recuerda que la vía es un lugar donde las coincidencias son siempre significativas.

Los viajeros que aprenden a leer esta armonía tienen la clave para dirigir sus pies en la dirección correcta.

domingo, 28 de junio de 2009

Gabo, Mika y Terencio (¿Tres tristes traviesas?)

Transcurría una semana sin sorpresas. El Ininterruptus que apareció entre los tres ganadores reincidentes, el décimo del año, ya es un habitué más, guste o no. Los reincidentes fueron de los más populares: Verónica Cornejo, Fernando Terreno y Mario Tsolakian. No hubo oyente debutante, no hubo larga lectura antes de cada interrupción, no hubieron autores muy desconocidos. Estuvieron presentes los cuatro géneros –la ininterrupta fue la poesía. Y entonces, cuando nos disponíamos a escuchar el último Párrafus de la semana, a la espera de una postrer novedad –la vuelta al triunfo de Perenchio, por ejemplo-, fue música, solamente música lo que encontramos en Nacional.
En realidad, a mí no me sorprendió tanto. Un rato antes, en un programa de radio Cooperativa que en el trabajo no tengo más remedio que escuchar, un oyente había preguntado si se sabía algo acerca de la suspensión de programación en radio Nacional. Los conductores, entonces, contaron que, alrededor de las tres de esa tarde, la periodista Miriam Lewin, en medio de su programa, había informado que en una asamblea de los trabajadores de prensa de la emisora se había decidido hacer un paro de doce horas. Por tanto, fue con pocas esperanzas que sintonicé esa noche a las 00.30; y, en efecto, el típico reemplazo musical de la habitual programación continuaba. Entonces apagué la radio que el compañero Enrique deja desde hace un tiempo en su puesto matutino (rincón propicio para instalarme a escuchar con menos interferencias) y volví cabizbajo a mi sector, a escuchar a Dolina.
En síntesis: Le faltó la quinta pata al Párrafus de esta semana.
Casualmente, había estado pensado, y pienso aún, que quizá no tengamos programa el domingo-lunes, por el seguimiento que la emisora hará del escrutinio electoral. Aunque quizá los resultados estén más o menos claros antes de la medianoche y después se de paso a la difusión de los respectivos programas. Como sea, con uno o dos últimos programas por delante, el final de junio se presenta apasionante en cuanto a la definición de los premios especiales.
A Verónica Cornejo, pese a sus elogiosas palabras, quizá no le gustó tanto la triple aparición de Eduardo González, porque se apresuró a volver al podio esta semana para colocarse primera con cuatro victorias. Y Mario Tsolakian, que también se hizo presente, suma asimismo tres conquistas. En cuanto a la interrupción más rápida del mes, por ahora es una de Eduardo, pero aquellos 25 segundos tal vez no serían difíciles de batir para quienes saben hacerlo a los 9, a los 12, a los 15…
En cuanto a los tres autores de la semana –del cuarto, el incógnito, no hablemos…más-, digamos que el primero fue Gabriel García Márquez, segundo revisitado desde que se habilitó esta práctica, de quien ahora se leyó uno de sus “Doce cuentos peregrinos”, el titulado “La santa”. Lo reconoció esta chica de Lugano por haber escuchado su lectura completa, dijo, en otro programa de otra radio. También tuvimos al popular finlandés Mika Waltari con su novela más famosa: “Sinuhé, el egipcio”. Le sonó a Fernando Terreno por la mención del faraón y de los dioses, teniendo noción de esa obra por haberla visto en manos de un compañero de pensión, allá en su lejana juventud estudiantil. A propósito, esa noche se reveló abiertamente como cordobés el ingeniero de Chacarita; contó que es oriundo de un pueblo llamado “La playosa”, que lo cobijó, con alguna intermitencia debido a sus estudios, nada menos que hasta sus veinte años. Con razón notábamos un tonito con sabor a tierra adentro, sonriente y amigable, en el compañero Fernando; es un resabio de su original lengua cordobesa, claro.
Y amigotes se están haciendo el lector de Chacarita con el de Palermo, según dijera Tsolakian a la noche siguiente. Cuando apareció para descifrar “El eunuco”, la obra del latino Terencio, Mario contó que se había presentado con Fernando, hace cosa de un mes, cuando lo reconociera entre los concurrentes a una de las entrevistas públicas que hace la bella Silvia Hoppenhaym en la casa del Fondo Nacional de las Artes. ¿Y cómo fue que lo reconoció? Pues porque lo había visto cuando asistió secretamente a aquel primer Párrafus en vivo en la Feria del Libro, donde Fernando fuera invitado a charlar con Hugo en el miniestudio montado por Nacional. Ahora, a más de tres años de aquello, reconoció a ese hombre alto, canoso, de ojos claros, entrañable compañero lector, y no vaciló en acercarse… para hablar de fútbol, de política y de mujeres, sin duda.
Y a propósito del secreto perfil bajo de Mario, digamos que ya, en este primer semestre, está punto de cumplir el anhelo del que nos hablara en su destacada participación en este Blog, hace un par de meses. A propósito de mis elucubraciones sobre números, estadísticas y pronósticos, Mario afirmaba entonces que se daría por satisfecho con igualar este año su marca del 2008. Exactamente, sus palabras fueron las siguientes:

Por lo demás agradezco sus buenos augurios para el certamen final en el que sólo deseo poder alcanzar los logros obtenidos el año anterior

Pues bien: debe saber Mario que con los 15 triunfos que obtuvo en lo que va de este 2009, ya solo le falta uno para repetir “los logros obtenidos el año anterior”. Algo que, seguramente, superará con holgura.

Pero abundemos un poquitín en alguno de los autores de esta semana.
Aunque…
La reaparición de García Márquez me ofreció vagamente un nuevo argumento para oponerme al reciente cambio en las reglas del juego. No me detendré mucho en él porque de todos modos aquella cruzada antirepeticiones, con escaso eco favorable, fue un estruendoso fracaso. Pero el núcleo de mi nueva intuición se escribe así: volver sobre un autor es aburrido. Que después de la lectura, el triunfo y la charla se hable otra vez de un mismo autor, aunque haya mil cosas nuevas para decir, me anticipa una sensación de aburrimiento y tiempo perdido demoledora. Y más si el autor es el palabrero, el “vendedor de humo”, como se dice ahora en el ambiente futbolístico, Gabriel García Márquez.
No sé, a lo mejor se me ocurrió esto porque el autor fue ese insoportable colombiano. Ahora estoy recordando que el primer repetido fue Cacho Costantini, y sobre él, sobre su ‘nuevo’ cuento “El cielo entre los durmientes”, se produjo una linda charla entre Hugo y María Suárez. Tal vez (vuelvo a ofrecer yo mismo la antítesis) en esto se encuentre la justificación de la nueva regla: en la indagación de las particulares connotaciones que un mismo autor tiene en los distintos oyentes.
Pero, como sea, y para oponerme a la “Gabomanía”, se me ocurre abundar hoy en un autor que en su momento, el año pasado, pasó bastante desapercibido en este Blog. Otro colombiano, del que me quedó archivado algún material que nunca utilicé y ahora podría resumir. Se trató, por cierto, de una de las resonantes victorias del esporádico Luis Gobea, quien también había escuchado aquel cuento, “La muerte del estratega”, leído por la radio. El autor es Alvaro Mutis.

Alvaro Mutis, como Cortázar, pasó algunos años de su infancia en Bélgica, pero había nacido en Bogotá, en 1923. El padre, que era diplomático y fue enviado a Bruselas después de ser secretario de la presidencia de su país, murió muy joven, a los 33 años. Entonces su esposa, joven hacendada, decide volver a Colombia con Alvaro y Leopoldo, su otro hijo nacido en Bélgica.
Mutis nunca terminó el bachillerato; le gustó mucho más la poesía, que le fuera revelada por un profesor (el poeta Eduardo Carranza) y el billar de las inmediaciones de su colegio. Se casó a los 18 años y su primer trabajo fue como locutor y actor de radionovela en la Nacional de Colombia. Tuvo tres hijos y en esos años escribió su primer poema, del que sólo recordaba un verso: “Un dios olvidado mira crecer la hierba”.
En 1948 publica su primer volumen de poesía: “La balanza”. Trabaja como jefe de prensa de una compañía de aviación y conoce a Garcia Màrquez, a quien ayuda en sus comienzos. “Debido al manejo caprichoso de unos dineros de la multinacional Esso, en la que era jefe de relaciones públicas”, dice la página que archivé, tuvo que salir de Colombia. Recaló en México, donde Octavio Paz lo introdujo en el medio literario del país. A la vez, trabajó como ejecutivo de una compañía de publicidad. Pero a los tres años de su partida, la justicia colombiana consigue su extradición y lo encarcela durante quince meses.
En Lecumberri, la cárcel donde estuvo recluido, escribió, entre otros relatos, “La muerte del estratega” y los poemas de “Los trabajos perdidos”. Cuando salió en libertad, publicó el “Diario de Lecumberri”.
Otra curiosidad de la vida de Mutis es que, de vuelta en México, se convirtió en un importante gerente de ventas para América Latina de la Twentieth Century Fox, y luego de la Columbia Pictures.
Otros títulos de este Parrafista son “Los emisarios”, “Illona llega con la lluvia” y “La nieve del almirante”.
En 2001 ganó el prestigioso premio Cervantes.

El otro, en cambio, el Gabo, se sacó el Nobel, creo que en el 82, y desde entonces, desde que empezó a aparecer tanto en todas partes, me cayó antipático. En realidad, ahí fue que lo conocí (bailando con esa guayabera estampada), pero sin leerlo. Por entonces, a los 17 años, yo todavía frecuentaba best sellers de asunto satánico o paranormal, remontándome, a lo sumo, a la módica altura de un Stephen King. Mucho después, en los últimos años, leí “El coronel no tiene quien le escriba” y “La hojarasca”. Francamente, no me convencieron como para acometer la lectura de las dos obras de más largo aliento que, con cierto asombro, encontré en la biblioteca de Cristina cuando la conocí: “Cien años de soledad” y “El amor en los tiempos del cólera”. Intenté, pero no me atrapan. Prometo que voy a insistir cuando la vida –esta u otra- me lleve a radicarme en las inmediaciones del trópico; tal vez el rechazo sea provocado por mi piel fría como la de un sapo. Y esto es todo lo que puedo decir de García Márquez.

Y esto es todo lo que puedo escribir por hoy.
Un chiste que se me ocurrió al enlazar el problemita íntimo del médico protagonista de “Sinuhé…” (el fulano era impotente) con el título de la obra del finado Terencio (“El eunuco”), no, no puedo hacerlo. Es demasiado, es infame, es gratuito… Aunque Hugo siempre dice que con algunos oyentes se permite y permite ciertas confianzas… Pero no. Mejor me callo. Lo dejo acá. Me voy. Mejor me voy. Sí. Chau. Me voy.
Chau.


¿Alguien quiere saber algo más sobre Mika Waltari?
Me despido con eso, entonces. Acá va. Chau.


MIKA WALTARI - Escritor finlandés nacido en Helsinki, famoso por sus novelas históricas. Su padre murió cuando tenía cinco años. Estudió Teología y Filosofía. Su primer libro, Jumalaa Paossa, apareció en 1925 y tres años más tarde su primera novela La gran Ilusión (1928). Waltari se convirtió en una de las figuras líderes del movimiento liberal llamado The Torcbearers, cuyos miembros trataron de introducir la influencia del futurismo ruso e italiano en la literatura finlandesa. Durante los años 30 el grupo fue suplantado por otro de tendencias más izquierdista, el llamado Kiila, pero para este momento Waltari ya se había transformado en un ultraconservador. En su comedia teatral Kuriton Sukupolvi (1937), ridiculiza a esta generación. Trabajó como periodista y como crítico de literatura para varios periódicos y revistas finlandesas. En la década de los treinta viajó frecuentemente por Europa, publicando Un extraño llegó a la granja (1937), la obra teatral Akhamaton (1938) y Sinuhé, el egipcio (1939), que representaba al Faraón como profeta de un único y justo dios para reemplazar al corrupto clero. Después de la Segunda Guerra Mundial se concentró en largas novelas históricas, ubicadas en el mundo mediterráneo clásico, como El etrusco (1955), o en la antigua Roma, como en Ihmiskunnan Viholliset (1964). Dentro de las novelas que tienen lugar en el imperio bizantino están Miguel, el renegado (1948), El ángel oscuro (1952), El sitio de Constantinopla (1952) y Nuori Johannes (1981), libro póstumo. Poco antes de su muerte apareció Humildad y Pasión (1978), memorias íntimas en las que revela todas sus obsesiones. Desde 1957 a 1978 fue miembro de la Academia Finlandesa. Sus obras han sido traducidas a más de 30 idiomas y está considerado como uno de los mejores escritores fineses del siglo XX. Murió en 1979 en Helsinki.

Telaraña magnética

Prolífico el Olegario!

Que redes hay muchas,
pero esta tiene cierta peculiaridad,
no es que sea grande, sino adecuada,
amén de oportuna e irresistible.

Porque de eso se trata,
de estar en el lugar oportuno,
en el momento preciso,
Es el glamour de la Araña.

En su telaraña, algunas presas caen por accidente,
pero en esta red, lo involuntario vira lenta
e inexorablemente,
tornandose voluntario, y una lucha deliciosa.

Ella permanece al acecho,
capta las vibraciones,
y se acerca a su presa,
para inyectarle el veneno.

De allí en mas, es todo previsible.
Sin embargo, cuál será la receta
para fabricar esta trampa inexpugnable.
Un misterio magnético,

sábado, 27 de junio de 2009

Centro de gravedad

Por Olegario
Alli pequeña, casi insignificante he la telaraña.
Tranquila, quieta, sin tiempo,

pero llena de historias y rastros diminutos.

En el centro, ella, la Araña, incólume, glamourosa,

a la espera de sus presas.

A quienes sonríe, y hasta se muestra indefensa,
inocente,
vaya glamour y embrujo ..


Aún suspendida en el aire, modifica las leyes de la física,
y cual plano inclinado,
(todo ser) es irresistiblemente atraído hacia ella.

Según la fuerza de rozamiento, a mayor o menor velocidad,
pero de algo estén seguros: todo bicho que camina
va a parar
a su "arañador".

La cita es de esta Araña,

a quien vimos actuar en cine
y en libros.
Es su beso, y la conjura de la trampa disimulada,
cuanto mas soberbios, mas embobados caen.

Si alguien ha salido por favor, digame como zafar.

Pablo ?

"Es tan corto el amor .., y tan largo el olvido"

De la resistencia invernal

Comparto poesía de Olegario, sabio y exquisito cultor.
No solo de la palabra, sino de las sensaciones.

Su lectura la asocio con la música de Andreas Vollenweider.

Donde está la luz?
que pasó con la serenidad?

Será que la brújula se fué con el solsiticio de junio ..
Porque las noches se hacen largas, la oscuridad invade y tiñe.

Qué pasó con los maestros,
donde los busco?
Justo ahora ..

Será la palabra, o la reflexión interior.
Creo en esta última, para ver el próximo paso.

Poeta sin rumbo,
Robot descompuesto.
Vos creías todo listo, el horizonte sereno.
Serán meros desafíos,
o humoradas divinas?
Hay que vivirlas, y así responderemos.

Comenzar a empezar,

comenzar a vivir,

comenzar a creer,
despertando la sed.

viernes, 26 de junio de 2009

Título olvidado

Viernes 26 de junio
Asamblea: Gremial
Autor: Prensa
Ganadores: La profesión

(Sin Párrafus por paro de los trabajadores de Nacional)

Y esta semana -ayer- se fue un hombre de la gráfica.
Lo despedimos agradecidos los Parrafistas porque -amén de su condición de artista siempre disfrutable- sin su quijotesca iniciativa de 1978 (devenida suceso editorial con el nombre de Humor), tal vez -sólo tal vez- hoy no lo tendríamos al Hugo leyéndonos en las trasnoches.
Salud, Cascioli.

jueves, 25 de junio de 2009

Un escritor y sus aspiraciones políticas

He aquí un texto de Roberto Godofredo que tiene "unos años", pero sigue vigente


Señores:

Aspiro a ser diputado, porque aspiro a robar en grande y a "acomodarme"
mejor. Mi finalidad no es salvar al país de la ruina en la que lo han hundido las anteriores administraciones de compinches, sinvergüenzas; no señores, no es ese mi elemental propósito, sino que, íntima y ardorosamente, deseo contribuír al saqueo con que se vacían las arcas del Estado, aspiración noble que ustedes tienen que comprender es la más intensa y efectiva que guarda el corazón de todo hombre que se presenta a candidato a diputado.

Robar no es fácil, señores. Para robar se necesitan determinadas condiciones que creo no tienen mis rivales. Ante todo, se necesita ser un cínico perfecto, y yo lo soy, no lo duden señores.

En segundo término, se necesita ser un traidor, y yo también lo soy, señores.
Saber venderse oportunamente, no desvergonzadamente, sino "evolutivamente".
Me permito el lujo de inventar el término que será un sustitutivo de traición, sobre todo necesario en estos tiempos en que vender el país al mejor postor es un trabajo arduo e ímprobo, porque tengo entendido, caballeros, que nuestra posición, es decir, la posición del país no encuentra postor ni por un plato de lentejas, créanlo... prefiero ser honrado.

Abarquen la magnitud de mi sacrificio y se darán cuenta de que soy un perfecto candidato a diputado.

Cierto es que quiero robar, pero ¿quién no quiere robar? Díganme ustedes
quién es el desfachatado que en estos momentos de confusión no quiere robar.

Si ese hombre honrado existe, yo me dejo crucificar.

Mis camaradas también quieren robar, es cierto, pero no saben robar.
Venderán al país por una bicoca, y eso es injusto. Yo venderé a mi patria, pero bien vendida.

Ustedes saben que las arcas del Estado están enjutas, es decir, que no tienen un mal cobre para satisfacer la deuda externa; pues bien, yo remataré al país en cien mensualidades, de Ushuaia hasta el Chaco boliviano, y no sólo traficaré al Estado, sino que me acomodaré con comerciantes, con falsificadores de alimentos, con concesionarios; adquiriré armas inofensivas para el Estado, lo cual es un medio más eficaz de evitar la guerra que teniendo armas de ofensiva efectiva, le regatearé el pienso al caballo del comisario y el bodrio al habitante de la cárcel, y carteles, impuestos a las moscas y a los perros, ladrillos y adoquines...

¡Lo que no robaré yo, señores! ¿Qué es lo que no robaré?, díganme ustedes.
Y si ustedes son capaces de enumerarme una sola materia en la cual yo no
sea capaz de robar, renuncio ipso facto a mi candidatura...

Piénsenlo aunque sea un minuto, señores ciudadanos. Piénsenlo. Yo he robado.
Soy un ladrón, y si ustedes no creen en mi palabra, vayan al Departamento de Policía y consulten mi prontuario.

Verán que performance tengo. He sido detenido en averiguación de antecedentes como treinta veces; por portación de armas -que no tenía- otras tantas, luego me regeneré y desempeñé la tarea de grupí, rematador falluto, corredor, pequero, extorsionista, encubridor, agente de investigaciones, ayudante de pequero porque me exoneraron de investigaciones; fui luego agente judicial, presidente de comité parroquial, convencional, he vendido quinielas, he sido, a veces, padre de pobre y madre de huérfanas, tuve comercio y quebré, fui acusado de incendio intencional de otro bolichito que tuve...

Señores, si no me creen, vayan al Departamento... verán ustedes que yo soy el único entre todos esos hipócritas que quieren salvar al país, absolutamente el único que puede rematar la última pulgada de tierra argentina... Incluso, me propongo vender el Congreso e instalar un conventillo o casa de departamentos en el Palacio de Justicia, porque si yo ando en libertad es que no hay justicia, señores..."

Con este discurso, lo matan o lo eligen presidente de la República.
Roberto Arlt
Aguafuertes porteñas (1933)

Homo eróticus o El superdotado

Jueves 25 de junio
Teatro: “El eunuco”
Autor: Terencio
Ganador: Mario Lando Tsolakian

“Los críticos son como los eunucos: lo saben todo, pero no pueden”
(no recuerdo el autor)


TERENCIO - Dramaturgo romano, precursor de la comedia de costumbres moderna. Terencio nació alrededor del año 190 a.C. en Cartago y fue llevado a Roma como esclavo del senador Publio Terencio Lucano, quien le educó y posteriormente le concedió la libertad. Convertido en hombre libre, adoptó el nombre de Publio Terencio, en reconocimiento a su patrón. Su primera obra fue Andria, escrita en el año 166 a.C. Tras cosechar un éxito inmediato, Terencio, dotado de una fuerte personalidad, se convirtió en el favorito de los círculos literarios romanos. Se dice que fue íntimo amigo de Escipión Emiliano, en cuya casa se daban cita hombres de estado y hombres de letras preocupados por engrandecer la lengua latina. Las seis comedias de Terencio, escritas entre 166 y 160 a.C., están basadas en obras griegas. Así por ejemplo, Andria, El que se atormenta a sí mismo, El eunuco y Los hermanos, tienen su origen en comedias de Menandro, mientras que Formio y La suegra están basadas en obras de Apolodoro de Caristo. En el año 160 a.C. Terencio viajó a Grecia en busca de nuevas obras de Menandro, y murió el año siguiente durante el viaje de regreso a Roma. Las obras de Terencio eran sátiras ligeras e ingeniosas sobre la vida de las personas ricas y refinadas. A diferencia de las comedias de su famoso predecesor, Plauto, en las sátiras de Terencio hay pocas canciones y danzas, carecen de la farsa de las obras de aquél, y su humor sustituye los chistes y juegos de palabras, la caracterización exagerada y las situaciones hilarantes por un sutil dominio de la trama y los personajes. También recurre al engaño con menos frecuencia que Plauto, y pone un mayor énfasis en la falsa identidad de los personajes. En todas sus obras, con la excepción de La suegra, hay una doble trama en la que se entremezclan dos romances, donde el final feliz de uno suele depender del resultado del otro. Durante la edad media sus comedias fueron adaptadas por la monja Hrosvitha y su influencia se deja sentir en el teatro de Lope de Rueda, en la comedia renacentista y en el dramaturgo francés Molière.

miércoles, 24 de junio de 2009

Adiós, hermano cruel II

10 comentarios
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Anónimo dijo...
flor

gracias puto lindo por mostrarte tan naturalmente humano.

no se si te causara gracia leer que gente que no te conoce, te dice que te va a extrañar. suena raro, no?. tal vez, pero yo te voy a extrañar.xq creo que no es solo arte lo que dejaste. A muchos de nosotros nos influiste con tu manera de ser y de razonar, inspiràndonos para vivir con la misma libertad que vos deseabas.

que encuentres todo lo q siempre buscaste!!!

24 de junio de 2009 6:17


Anónimo dijo...
DIOS

Por favor, se los devuelvo en una semana!!..me esta haciendo un quilombo acá arriba!!..
Gente…Se pueden quedar tranquilos que se esta cagando de risa..la esta pasando bomba!..
(pd: Fer forever)

24 de junio de 2009 6:18


Anónimo dijo...
JOSE LUIS

ESTO FUE BASICAMENTE UN PUÑAL EN EL CORAZON DE TODOS NOSOTROS.
YO APRENDI A ESCUCHAR BUENA MUSICA, A COMPRAR BUENOS LIBROS Y A QUE SE ABRA MI CABEZA DE LA MANO DE FER.
LO UNICO QUE PUEDO DECIR ES GRACIAS X HABER ESTADO EN LOS ULTIMOS DOS AÑOS JUNTO A MI Y MI FAMILIA, CADA MAÑANA, TOMANDO MATE CON MI MUJER, LLEVANDO A MI HIJO AL JARDIN, YENDO A LABURAR, SIEMPRE ESCUCHANDOTE.
A PARTIR DE AHORA VA A TENER SENTIDO USAR EL IPOD, YA NO HAY NADA QUE ESCUCHAR EN LA RADIO.
TE QUEREMOS FER, X SIEMPRE

24 de junio de 2009 6:19


Anónimo dijo...
Sofia Puigg

Te voy a extrañar Puto lindo… Hasta siempre…..
Gracias por todo… Que en paz Descanses….

24 de junio de 2009 6:21


Anónimo dijo...
Alexis Nicolas (Alex)

Fer…el sentido que le diste a mi vida , es inmenso!
Alegria, risas, tristezas!
Excelente persona ! Sin duda me abriste la cabeza!
Sin Palabras!
GRACIAS!
Y LA VERGUENZA NO ES SER PUTO, LA VERGUENZA ES NO HABERTE VISTO!

24 de junio de 2009 6:22


Anónimo dijo...
Vidalina

Ufa, eras mortal!!!
No se que es aquello, solo puedo hablar de esto que es lo que conozco y en este mundo conocido por mi ya no estas y tengo rabia, bronca… tan joven y tan viejo
Estaràs en mi, los artistas no se van tu obra la viviremos siempre.

G R A C I A S

24 de junio de 2009 6:23


Anónimo dijo...
Cristina

Querido Parquimetro,

estoy muy triste, quien va a alegrar mis mañanas con Milagro, el cura y demás amigos entrañables que se fueron junto al corazon de Fernando…
Un abrazo.

Cristina

24 de junio de 2009 6:24


Anónimo dijo...
Norma

Chau ..puto lindo …la vida no tendra el mismo brillo sin vos ..nos dejaste solos en las mañanas …
te llevaste a Sabino, La Mega , Palito ..roberto flores , uff que solos vamos a estar

24 de junio de 2009 6:25


Anónimo dijo...
Norma

Chau ..puto lindo …la vida no tendra el mismo brillo sin vos ..nos dejaste solos en las mañanas …
te llevaste a Sabino, La Mega , Palito ..roberto flores , uff que solos vamos a estar

24 de junio de 2009 6:25


MARTINIANO dijo...
Martiniano:

Puta madre! cuántos adióses juntos! Que en paz descanses viejo de mierda corrupto, vamos a extrañar tus incoherencias políticas que no dudabas en expresarlas, que en paz descanses Porelorti!!.
Que en paz descanses Roberto Flores, no sé por qué, pero te imagino en un cajón blanco rodeado de rosas rosas rococó con mariquitas llorando a mares preguntándose: POR QUA! POR QUA!!Adiós bonita, dulce y amada Milagritos López, que en paz descanses, te vamos a extrañar muchísimo, qué lindo era escuchar la sabiduría de tus años!
Palito, cabeza!! qué pasa papá ??? te choriaron la vida? uhhh qué mal no? descansa en paz pibe! tal vez el cielo te trate mejor que la calle!!!
Maria Elena Rinaldi! Doña Maria Elena Rinaldi!!!.....jaja!!! perdón que me ría, pero como voy a extrañar tus “JUUUUUUUUUUUU!!” vamos las tortas!!! jajaja, que descanses en paz, te queremos linda!!......
Dick Alfredo y Doña Delia: qué carácter de mierda! Eran parientes de Fernando? que descansen en paz, se van a extrañar sus consejos tan abiertos y flexibles !!!
Don Sabino! qué pérdida tan grande!!! mientras trato de escribirle algo, escucho su voz en mi cabeza, no sé. . .no entiendo, pero creo que está hablando por teléfono con algún amigo suyo del año del cohete. Ah! Le manda saludos Don García, se acuerda no? El marido de Rosa ... vecino de la Tona y de Chichina (la de la casa blanquita de la esquina) qué linda mujer era eh!!! Mario Modesto Sabino: que en paz descanse! Vamos a extrañar mucho sus anécdotas de vida...como la del Cu-Cú, que en su época los relojes venían con un pájaro de verdad! Que en paz descanse.
Querido Martín Rivoira Lynch! Que garrón maaaaaaaaan! no lo po´creeeeer boludo! qué pasa con tus bienes! qué pasa con Poronga maaaaaan!! no lo po´creeer, estuve leyendo hoy en mi laptop, que te moriste de cáncer man! Que llame ya tu flia y que lo desmienta!!! como vos decías el cáncer es enfermedad de pooooobressssss. Que digan que te mataron no sé, arriba de tu 4×4 en Punta o que toquen tus contactos y que trucheen tu arribo al Air France mannnnn, es re de bien, morirse en un vuelo a Paris!!! ah!! Saludos a Mamina que pérdida tan grande!. Acompaño a tu familia en el sentimiento man!!!

Tu voz, nuestras mentes, tus recuerdos y nuestras risas!
Fernando Peña, que en paz descanses, ¿transgresor? Andá a cagar!!! huevos! Eso se llamó huevos!!!!!
Te voy a extrañar a vos, y a todos los que se fueron con vos!.
Martiniano.
chau puto lindo !!!

24 de junio de 2009 6:38

¿Finés, el Waltari?


Miércoles 24 de junio
Novela: “Sinhué, el egipcio”
Autor: Mika Waltari (1908-1979)
Ganador: Fernando Terreno

Cita esencial

Un libro es un regalo fantástico, porque muchas personas sólo leen para no tener que pensar - Andre Maurois

lunes, 22 de junio de 2009

domingo, 21 de junio de 2009

Una noche en el banco

Bs.As. Sábado 20 de junio de 2009
Objetivo: XXXX
Turno: 19:00 a 07:00
Operador: Perenchio, Marcelo

19:00 Siendo la hora indicada, me hago cargo del puesto CCTV con los elementos asignados y las novedades asentadas por la guardia saliente.

(…)

Hola.
No me van a creer, pero con el triple triunfo de Eduardo González me dieron ganas de volver a escribir. Así que hoy, para la serena guardia del sábado, me traje la notebook al trabajo y ahora tengo casi doce horas por delante para estar con ustedes, queridos compañeros oyentes… Bueno, doce no; digamos dos o tres. Y “queridos”…Bueno, digamos compañeros, a secas.
Eduardo González es aquel oyente que apareció a mediados del año pasado para ganar por primera vez con “Palo y hueso”, de Juan José Saer. Por primera vez en el ciclo actual, porque, contó entonces, solía ganar en el anterior Párrafus vespertino. Reapareció luego, en este 2009, en uno de los escasos programas del pasado enero- coscoíno y vacacional; reconoció en esa oportunidad “El criticón”, de Baltasar Gracián. Y ahora, esta semana, reapareció el miércoles, reapareció el jueves y reapareció el viernes.
El año pasado me había gustado (lo escribí acá) cuando también contó que a veces, en aquellos Párrafus de jueves, aunque supiera la respuesta no llamaba si el libro anunciado como premio no le interesaba. ¡Mirá que gallito!, pensé. Así que si ahora lo felicito y celebro no es sólo porque con su triple reaparición impidió nuevos triunfos de los actuales reincidentes (entre los que ya no me cuento), sino porque por fin fundamenta aquella encomiable jactancia. Y si con la primera y la tercera de sus victorias me aventajó inexplicablemente (pensé en Benito Lynch y en Vinicius, pero mi terminal decadencia no permitió que recordara ningún título), bueno, eso es lo de menos.
Pero vayamos en orden. El raid de Eduardo fue como sigue.
El miércoles, la lectura de un texto de evidente asunto gauchesco, telúrico u ornitológico –más la omisión de una denominación geográfica o solariega-, le dio la pauta de que se trataba de “Los caranchos de la Florida”, la novela de 1916 del platense Benito Lynch.
A propósito, me asombró que en ocasión de esta lectura no aparecieran antes Mario Tsolakian o Fernando Terreno. No sé si alguien más lo verá así: hay textos que parecen destinados a determinados oyentes. Por ejemplo, creo que ningún otro que Tsolakián podía ganar con la poesía de Andrés Bello. Nadie más que Fernando con Alvaro Yunque. Nadie sino Quique Figueroa con… J.M. Coetzee. Ninguna más que Verónica Cornejo con “Las descentradas”. Sólo María Suárez con “El vengador”, de Thomas de Quincey. Sólo yo con… Ah, no, con Pavese me ganó López Motta. ¡Maldición! Bueno, sólo yo con Pessoa.
Eduardo González, entonces, empezó su triplete con“Los caranchos…”. Pero lo mejor vino a la noche siguiente.
Hugo anunció Cuento. Cuentos varios, cortos, cada uno con su título porque ninguno llevaba el título del libro que había que desentrañar. Y ese libro era para Eduardo. El autor es un italiano nacido en Egipto y afincado en México a sus quince años; para mí, un absoluto desconocido: Fabio Morábito. (Lo más parecido que escuché es Garabito, que es un pintor.) Pero el oyente de Témperley lo conoce bien. El volumen se titula “La lenta furia” y, con él, Eduardo obtuvo la más rápida victoria de lo que va del mes: 25 segundos. Y se ganó el mismo libro que Hugo leía, que ya tuviera y perdiera años atrás. Porque lo conoce y le gusta mucho el tal Morábito; nombró también un volumen de ensayos y recordó que “La lenta furia” está dedicado a nuestra Silvina Ocampo, con quien la prosa y la temática del egiptálico-mexicano estaría emparentada.
Por lo pronto, en los escasos segundos de lectura asistimos a un planteo muy sugestivo: alguien cuenta cómo una cierta madre acostumbra “pasar para el cuarto” a los compañeritos de juegos de su hijo. Ese relato se llama “Las madres”, y con aquella en el comienzo no quiero pensar cómo serán las otras… En fin, para saber algo más sobre el autor, ver el reportaje que colgué en el Blog anteayer.
Y ayer, viernes -noche laboral de jueves para mí-, una vez más me quise morir.
Igual que Eduardo, cuando apareció la primera prosa del libro que nuestro conductor anunciara como miscelánea de poesía y cuento, pensé en Vinicius. Los poemas anteriores, con esas rimas de apariencia tan sosa, me remitían asimismo a alguien de la calaña de Amado Nervo, Rubén Darío o similares. Pero los nombres de los músicos que el poeta esparciera por su prosa (Baden Powell, Joao Gilberto) me hicieron pensar tentativamente en el brasileño. Sin embargo, no conocía ninguno de los títulos de sus poemarios, y no atiné a deducir –como hacía antaño- que bien podría ser “Para vivir un gran amor”, aquella canción de Vinicius que hasta Cacho Castaña versionara -¿o me equivoco? Y así era. Tras nueve minutos de lectura, sobre el filo de la una, Eduardo apareció por tercera noche consecutiva y dijo: “’Para vivir un gran amor’, de Vinicius de Moraes”.
Abundando en la obra musicalizada del poeta y diplomático carioca, diré que soy feliz poseedor de sendos casetes con las grabaciones en vivo, en La Fusa de Buenos Aires y en la de Mar del Plata, de los espectáculos de Vinicius y Toquinho con María Creuza, uno, y con María Bethania, el otro. Y también tengo aquellos en los que al dúo de poeta y compositor acompañaran Ornella Vanonni y Marilia Medalha. ¿Cómo? ¿Si los presto para copiar? ¡Nunca! Busquen y bajenselós de Internet, chicas modernas.
Tres triunfos seguidos para el hombre de Témperley, entonces. Se suma así a la lista de tritriunfadores que hasta ahora conformábamos con Gustavo Glanzman, María Suárez y Quique Figueroa. Eso sí, yo lo hice dos veces. Y debo repetir –ante la duda de Hugo- que soy el único que en este ciclo nocturno ganó cuatro juegos consecutivos. Eduardo tiene ahora, este lunes, la chance de igualar ese record… por lo cuál solicito humildemente a cualquiera de los más recalcitrantes reincidentes –incluso a Verónica Cornejo- que tengan a bien imponerse en este próximo juego, ya que yo continúo meado por los caranchos.

Pero, más allá y antes de Eduardito González, también hicieron su aporte esta semana el Mario Tsolakian, una ganadora nueva y una autora invitada.
El lunes, la lectura también superó los nueve minutos. Era ya muy cerca de la una cuando una oyente reconoció al español Juan José Millás y su novela “El orden alfabético”. Ella fue Alba Invernizzi, una profesora de filosofía residente en Martínez. No tengo muy presente lo que contó Alba en la breve charla con Hugo y no tuve tiempo de escuchar la grabación onlain, pero lo más destacable de esa noche, creo, fue la picardía de nuestro conductor –así la denominó él al día siguiente.
Resulta que el tipo empezó aquel programa, como hace a veces, con la lectura completa de un cuento. En este caso, uno llamado “El hombre que imaginaba catástrofes”. También memoró cuando entrevistara al autor de aquel cuento en “Por amor al arte”. Y después anunció el género de esa noche, novela, y refrescó las reglas del juego y empezó a leer. Y leyó durante más de nueve minutos, y cuando yo ya imaginaba la catástrofe de otro Ininterruptus, apareció Alba, la nueva ganadora (*), y la novela era “El orden alfabético”, y el autor era Juan José Millás… el mismo del minicuento del comienzo, el otrora entrevistado por Hugo. Qué picardía, ¿no? Empezar hablando de alguien como al desgaire (¿?) y después presentar como enigma algo de ese mismo fulano. Inédito, realmente O, ¿cómo lo llamarían ustedes?

Juan José Millas escribió también una novela llamada “Tonto, muerto, bastardo e invisible", que me parece un título muy atractivo. Lo que no pude recordar bien es si se trata del autor de “La soledad era esto”, que filmara hace unos años Sergio Renán. “El orden alfabético” empieza con un niñito curioso y fantasioso en torno a los libros y las palabras; después, parece que la fantasía se le sube a la cabeza y descubre un mundo paralelo al otro lado de una puerta, de un espejo o de un armario, no me acuerdo bien. La verdad, poniendo en la balanza aquel lindo título y este flojo comienzo, creo que a Millás lo dejaría para otro momento.

Y el martes fue la noche de Mario Tsolakían. El doctor en Economía y casi licenciado en Historia del Arte se hizo presente para descifrar el que sería el primer volumen de minificciones de la semana: “La sueñera”, de Ana María Shua. Y tuvo la suerte de charlar al aire con la autora, que esperaba entre bambalinas empapada en adrenalina.
Además, agregando otra al extenso catálogo de auténticas magias que Párrafus propicia, Mario contó que ese mismo día había empezado a leer la primera novela de Ana María. La tenía a mano y leyó las primeras líneas; la autora la reconoció: “Soy paciente”, dijo.
Paciente tuvo que ser, en verdad, para llegar a la publicación de su primer libro de cuentos. Acá me traje el número 7 de la revista ‘Lea’, de octubre del 2000, para copiar algo sobre la Shua. En una entrevista de Fernando Chiappussi se lee:

-“La sueñera” había aparecido por primera vez en un colección de ciencia ficción argentina de Minotauro .
-Sí, y le estoy muy agradecida a Marcial Souto por la oportunidad. “La sueñera” tuvo muchos rechazos. En Losada, que publicó mi primera novela “Soy paciente”, Beatriz Guido me aconsejó que no la publicara porque era ‘demasiado femenino’, lo veía débil en relación con la novela.
-¿Estos libros fueron planificados desde el principio, o recopilaste ideas anotadas en forma esporádica?
-No es al azar, cada uno de estos libros surge de un proyecto deliberado. Cuando empecé “La sueñera” era muy jovencita: hice dos o tres textos, me entusiasmé, y pensé que iba a ser capaz de hacer uno por día. Eso generó una disciplina bastante feroz, y cuando tenía unos ciento cincuenta tuve que parar, porque no se me ocurría ni uno más. Después de un tiempo pude volver a empezar. Para “Casa de geishas” y “Botánica del caos” empecé con la más modesta meta de escribir diez textos por mes (que no siempre cumplí). Cada uno de esos libros me llevó unos tres años. Me he propuesto llegar a unos trescientos textos y así tener margen para elegir y descartar, pero siempre hay un punto en que el libro se termina, por alguna razón que no puedo manejar ni comprender. La máquina se para y, a partir de ahí, por más que me esfuerce, todas las ideas que salen ya las escribí.

Tenemos “Soy paciente” y “Los amores de Laurita” en casa. Lo dos se los regalé a Cristina hace unos años, sin éxito; nunca los terminó. Y eso que el segundo me lo pidió especialmente después de ver la película en televisión. “Soy paciente”, en cambió, enterado vagamente de su anécdota, se lo regalé cuando estaba por hacerse su segunda cirugía por la senucitis (¿se escribe así?). Pero como no estuvo internada ni doce horas, nunca lo leyó. También tenemos, ahora me acuerdo, “Cabras, mulas y mujeres”, una recopilación que hizo la Shua de relatos tradicionales y folklóricos acerca de la denigración que en todo el mundo y todas las épocas se hizo de la mujer. Ese está bueno. Las novelas, sabiendo que esta autora aparecería en Párrafus, yo también las empecé… pero sólo eso.

Bueno, esto va siendo todo.
-¿Cómo, ya se va?
Sí, ya sé que dije “dos o tres horas” y ustedes leyeron esto en diez minutos. Pero, como no domino integralmente la dactilografía y sólo tipéo con un dedo –este-, créanme que pergeñar y escribir estas páginas me llevó desde las siete y cinco de la tarde hasta las once y media que son ahora.
Lástima, me perdí el programa de Rómulo Berrutti en radio Cooperativa. Bueno, voy a ver qué encuentro para escuchar en las escasas emisoras que pueden sintonizarse en este cubículo catódico. O si no pongo alguna música que tengo en la máquina. “Una noche en la ópera”, de Queen. Pappo´s Blues volumen 3. Pastoral. Sex Pistols. ¡Zambayonny! Sí, voy a escuchar la recopilación de Zambayonny que me bajó el año pasado mi viejo compañero Gabriel C.
A propósito.Todos estarán enterados de esa película nacional donde actúan los Parrafistas Laiseca y Fogwill; “El artista”, se llama. La protagoniza Sergio Pángaro, que es una especie de cantante retro. Bueno, ahí también hace una aparición el ídolo de Bahía Blanca, el ya famoso “Zamba”, el autor e intérprete de temas como “¿Qué mierda hago en Tokio?”, “Arreglo floral en el culo” y “La incogible”. Otra que Vinicius de Moraes…
Bueno. Si más tarde me dan ganas copio alguna otra cosa de la “Lea”.


Más tarde…
No, no tengo más ganas.
Chau.

07:00 Entrego la guardia del sector CCTV al señor XXXX, con los elementos asignados, sin más novedad.




(*)Acerca de la cantidad de ganadores en lo que va del actual ciclo nocturno, debo corregir un error de la semana pasada; con Delia y María Luisa habíamos llegado en realidad a 79; con Alba, ya somos 80.

sábado, 20 de junio de 2009

Adiós, hermano cruel

No siendo este un Blog literario ni, mucho menos, personal; siendo, en todo caso, como escribí hace poco a un corresponsal, un Blog radiante, me sentí movido la otra noche a garabatear las siguientes líneas. Y así las dejé.

Se murió esta semana un hombre de radio. Uno que, aunque había recaído en el típico programa de la mañana, informativo y opinador, siempre más bien deformó y opuso.
Se oponía, a veces, incluso a su público; a sus entrevistados; a sus compañeros de micrófono.
Un tipo bastante hijoputa.
Pero no era demagogo; no era chupamedias (era lameculos, pero eso puertas adentro); no era simpático ni bienhechor.
No fue el único trasgresor de los medios. No es la suya la única manera de trasgredir. Pero me gustaba para esta época de maquillaje uniforme, de discurso plano, de… desalmada. Y me felicito de haber conseguido que Cristina, de tres años a esta parte, se pasara de “El exprimidor” (cerebral) de Ari Paluch al programa de Fernando Peña y sus heterónimos.
Cabe destacar que uno de estos (heterónimos, más que personajes o imitaciones, creo) tuvo también su espacio radial (radiante) en nuestra Nacional: Milagritos López y sus boleros –“La vereda tropical”- iban (¿van?) los sábados a la tardenoche por AM 870.
Pero era en el programa diario donde el tipo se despedía cada mañana pidiendo que por la calle le gritáramos: “Chau, puto lindo”.
Chau, entonces.
Adiós…

viernes, 19 de junio de 2009

Vinicius y... ¡Eduardo González!

Viernes 19 de junio
Poesía: "Para vivir un gran amor"
Autor: Vinicius de Moraes
Ganador: Eduardo González

Nace: 19 de octubre de 1913
Lugar: Rio de Janeiro, Brasil


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Muere: 9 de julio de 1980
Lugar: Rio de Janeiro, Brasil

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Biografía: Músico, poeta, compositor y abogado brasileño, uno de los principales promotores de la música popular de Brasil, autor de letras de samba y pionero de la bossa nova. En 1938, Vinicius de Moraes viajó a Inglaterra, estudió Literatura Inglesa en Oxford y posteriormente ingresó a la vida diplomática prestando servicios en Estados Unidos, Francia y Uruguay. Vinicius de Moraes entra en contacto con Antonio Carlos Jobim, en 1959, iniciando una amistad y una colaboración que tiempo después, con la incorporación de João Gilberto daría lugar a un movimiento de renovación en la música brasileña, la bossa nova. De poeta intimista a showman, de funcionario diplomático a artista bohemio. Vinicius de Moraes obtuvo éxitos resonantes con sus canciones, como "A garota de Ipanema" y "A felicidade", en colaboración casi siempre con grandes figuras de este género: María Creuza, Marilis Medalha, Chico Buarque y Toquinho, entre otras. Vinicius de Moraes fue uno de los principales artífices de la aparición, y especialmente la internacionalización, de la bossa nova, y grabó más de treinta discos de larga duración.

jueves, 18 de junio de 2009

Lynch y... ¡Morábito!


Miércoles 17 de junio
Novela: “Los caranchos de La Florida” (1916)
Autor: Benito Lynch (1880-1951)
Ganador: Eduardo González




Jueves 18 de junio
Cuento: “La lenta furia”
Autor: Fabio Morábito
Ganador: Eduardo González


La importancia del estilo. Entrevista a Fabio Morábito.
por Moctezuma Quistian Ollin Tecandi

Un cielo añil se avizora a través de la ventana. Algunas formas vegetales logran vencer la altura y asomarse. Los sonidos y el ambiente exterior en conjunto recuerdan los paisajes bucólicos descritos por Fabio Morábito en Los pastores sin ovejas. El autor de tal ensayo, de espalda a la ventana, se asemeja a los personajes pastoriles: parece hallar en su cubículo un refugio. La austeridad del sitio indica la estancia en el lugar secreto. La abundancia de libros es la barrera que separa el mundo ideal del agreste.

En éste, uno de los refugios donde se halla con su soledad, Fabio me permite asomarme a su mundo. Mundo complejo, sí, pero en el cual se expresan las virtudes más sencillas, más humanas.

BABAB: Naciste en Alejandría, fuiste llevado a Italia y posteriormente a México, ¿de qué modo este traslado continuo e involuntario afectó a tu vida y obra?

FABIO MORÁBITO: Afectó a mi vida al provocar un sentimiento persistente, no de desarraigo -es una palabra muy fuerte, trágica-, sí, de extranjería, de sentirme perteneciente a dos mundos diferentes y tener marcas de uno y otro. Esto no ha producido una escisión grave de la personalidad, pero sí el hecho de no ser ni sentirme totalmente italiano o totalmente mexicano, si es que estos términos significan algo.

En mi obra, aparte de ser un tema al cual recurro mucho, permitió describirme en una lengua que no es la materna lo cual tiene muchas implicaciones. Los que escribimos en una lengua extranjera tendemos a ser más conscientes de la importancia del estilo porque finalmente la lengua literaria es una lengua extranjera, quizá la lengua extranjera por excelencia.

B: Decía Marcel Proust lo siguiente: "el estilo, para el escritor, así como el color para un pintor, es una cuestión no de técnica sino de visión" ¿estás de acuerdo?

F.M.: Claro. Es una cosa tan inconsciente y que responde al temperamento, a la educación, a la experiencia de cada uno. Es casi inexplicable, es decir, es imposible explicar porqué tal escritor tiene un estilo y tal, otro.

B: Es indivisible de su ser…

F.M.: Es, sí, indivisible de su ser, pero el ser se forma de muchas maneras, no sólo a partir de experiencias genéticas, biológicas o vitales sino también de las lecturas. Algunos libros lo marcan a uno porque le muestran lo que él realmente quisiera decir y la manera de decirlo. Las influencias son un trance por el cual todos tenemos que pasar y atravesar, con atravesar me refiero a imbuirse en ellas, pero al mismo tiempo extenderse para encontrar un nicho. De pronto un mosquito parece idéntico a otro y sin embargo son dos especies distintas y cada uno tiene un nicho biológico propio lo cual implica presas específicas, costumbres específicas, calendarios biológicos específicos y eso se puede trasponer al estilo. Es decir, encontrar el propio nicho estilístico. O no encontrarlo sino dejarse acoger por él. Es algo inevitable.



A los quince años Fabio Morábito se trasladó a México junto con su familia. Trasladó, asimismo, la imposibilidad de reconocerse en una sola cultura. Su nacimiento en Egipto, el paso de la niñez y parte de la adolescencia en Italia, y su posterior viaje a nuestro país conformaron una identidad plural.

Ciudadano del mundo en el más estricto sentido del término, Morábito venció uno de los yugos más sólidos de la modernidad: la sujeción a los nacionalismos. Descubrió un universo en el cual la identidad se yergue a partir de las palabras, de la comunicación, de lo común.

B: El hecho de sentirte en todas partes extranjero, ¿en qué medida determinó tu incursión en el campo de la creación literaria?

F.M.: Probablemente lo facilitó porque la verdadera patria de un escritor es la lengua, la verdadera patria de un escritor es la literatura, y en ese sentido facilitó, exasperó la necesidad de aferrarse a algo concreto que fue la literatura.

B: ¿Cuándo empiezas a escribir?

F.M.: Escribía poemitas desde muy pequeño. Después, cuando vine a México, pasé una temporada muy solitaria. Una forma de sobrellevar ese año fue escribiendo. Escribí muchos cuentos, en italiano todavía, y los mandaba a un maestro que tuve en Milán… Ese interlocutor fue muy importante, saber que mis escritos le podía interesar a alguien. Después abandoné todos estos cuentitos, pero ya había un principio. Entonces, cuando dominé lo bastante el español como para atreverme a escribir en esta lengua ya sentía que aquello no era novedoso para mí, ya lo había hecho anteriormente.

Y en ese sentido sí creo que la escritura tuvo mucha relación con la soledad. Si no se logra escribir dentro de la soledad es difícil escribir algo de importancia. A veces siento en los escritores una falta de ella, lo cual me desagrada; hay una especie de contagio, de necesidad aprendida de escribir, pero no es una necesidad genuina. No encuentro ese toque de ligera desesperación que para mí es importante para lograr un texto genuino.

B: ¿Por qué escribir en lengua castellana y no en italiano?

F.M.: Porque uno escribe junto con otros. Escribe junto con los escritores que lo rodean, que los conozca personalmente o no es lo de menos, pero siempre está dialogando con los escritores mayores o contemporáneos. Si yo hubiera escrito en italiano no habría tenido esta compañía, esta cercanía, o por lo menos no la hubiera tenido de modo tan palpable. La adquirí en español. Fue una manera muy natural de poder dialogar. Si yo hubiera escrito en italiano me habría sentido doble o triplemente extranjero. Seguramente escribir en esta lengua me ayudó también a sentirme parte de un mundo que, mal o bien, es en el que vivo.

B: Háblame de las obras que te impresionaron en la niñez.

F.M.: Yo de niño leía muchas cosas. Y lo hacía de un modo muy disparatado porque mi madre era una lectora indiscriminada. Yo en el fondo agradezco ese desorden. En el fondo agradezco no haber nacido en un ambiente intelectual que me hubiera dado pautas de calidad muy claras desde el principio.

El haber leído de un modo desordenado me sirvió para entender que todo libro en el fondo tiene algo rescatable. Yo lo tuve que aprender por mi cuenta y creo que ese, como todos los aprendizajes en carne propia, fue más importante que si las lecturas me hubieran sido sugeridas o incluso impuestas. Prefiero eso a haber sido un exquisito que rechazara a priori la literatura inferior. En ese sentido agradezco este ejemplo un poco voraz de lectura que me obligó ir encontrando verdaderamente mis autores.



Fabio, al sugerirle hablar de obras y autores presentes en su juventud, no titubea. Su mirada fija en un punto indeterminado me obliga a pensar en la respuesta que dará. Creo firmemente en que un autor latino será nombrado. ¿Será acaso Bocaccio y su Decamerón? ¿O será Alighieri y su viaje por los tres estadios del universo medieval? ¿Pavese, Pirandello, Calvino…? Un tono rojizo me tiñe el rostro al notar mi error.

F.M.: Una lectura realmente deslumbrante para mí fue De ratones y hombres de John Steinbeck. Posteriormente volví a leer esa novelita y me siguió gustando. Claro, con un poco más de experiencia uno también puede ver defectos, limitaciones, pero en ese instante me pareció que la literatura me mostró las posibilidades de emoción profunda que puede producir. Fue muy importante para mí. Yo estaba en un estado de confusión y creo que de algún modo ha perdurado en mí. Creo que sigo escribiendo a la sombra de ese primer libro que realmente me impresionó.



Cavilando para mis adentros acepté mi error: un creador no tendría porque preferir las obras de sus coterráneos simplemente por compartir lazos espacio-culturales. Me dejé llevar por mi aprecio a la literatura latina. Pero entonces ¿qué lugar ocupan en él los escritores italianos? Recordé la travesía de Morábito descrita en "In limine"; me llevó inevitablemente a aquel épico viaje que la anguila de Montale realiza en el poema del mismo nombre. En definitiva hay un influjo.

B: Es evidente que los autores latinos ejercen un peso importante en tu obra. Cuando leo ciertos poemas tuyos me viene a la mente la obra de Eugenio Montale ¿qué me dices de él?

F.M.: Bueno, me sorprende primero que tú lo conozcas, porque es un autor muy poco leído en el orbe latinoamericano. En Argentina es más conocido como toda la literatura italiana, pero en México es un autor sumamente inédito, entre otras cosas porque ha sido mal traducido y porque es muy difícil traducirlo.

Cuando alguien me dice que ha leído a Montale siempre tengo el temor de que creen que lo han leído, pero me parece tanta la diferencia entre los poemas originales de Montale y lo que circula en traducción al castellano… tengo la sospecha de que realmente permanece siendo un autor inédito. No a todos los poetas les pasa eso, hay poetas que son más fácilmente traducidos. Pero él particularmente me parece dificilísimo, tan difícil que me he tomado el reto de traducirlo yo, de una manera que espero sea mucho más fiel a un aspecto de Montale que es básico: la música. Y eso de la música me ha influido mucho. Mis poemas creo que son bastante musicales y necesito yo la presencia de la sonoridad, del ritmo, de una manera muy acentuada para poder escribir poesía. Otra característica que me impresiona mucho de Montale es la precisión para nombrar y describir. Esa capacidad para utilizar el adjetivo exacto es algo que procuro adoptar.



Fabio Morábito ha ejercido una labor importante en el traslado de obras de un idioma a otro. Sin embargo, me sorprendió su deseo por traducir a Montale. Fue una declaración inesperada, seductora.

B: Háblame del papel del traductor, ¿cómo se manifiesta en la obra traducida?

F.M.: Yo creo que la primera enseñanza que nos da la traducción es cómo toda lectura es única e irrepetible. El traductor, finalmente, está leyendo la obra y nos está dando su lectura personal. Puesto que nos damos cuenta enseguida de qué tan distinta es su interpretación, nos hace ver que todos somos traductores; cuando leemos un libro en nuestra propia lengua estamos traduciéndolo a otra lengua, nuestra lengua íntima, constituida por experiencias, por nuestro universo particular. No existe, por lo tanto, un texto original, un texto dado de una vez para siempre, inamovible, sino que existe en la medida que deba ser traicionado por cada persona que se acerque a él. La traducción nos muestra de una manera palpable que eso es así.

Ahora, propiamente el trabajo de la traducción, más allá de lo obvio, de la actividad pragmática, de que vivimos en un mundo construido por muchas lenguas y por ello debe haber personas que establezcan puentes entre unas y otras, más allá de eso, la traducción es la evidencia de la necesidad de interpretar. En ese sentido la frase traduttore traditore adquiere la mayor relevancia. Por qué, por ejemplo, en México la Tierra baldía de T.S. Elliot ha sido traducido por tantas personas. No creo que ninguno de esos autores haya traducido otra vez el poema de Elliot porque pensara que las traducciones previas fueran un fracaso. Pero de algún modo sí sentía que lo eran porque no percibía puntos, matices, que el traductor en turno creía necesarios.

Y eso lo podemos explayar a una cuestión de generación. Cada generación relee a los clásicos y les da una interpretación distinta. Ve cosas que otras generaciones no habían visto y por tanto retraduce el capital o el acervo cultural que le ha tocado manejar y lo hace siempre de una manera peculiar. Creo que justamente una de las formas más claras de autodefinición de una generación es a través de sus traducciones: cómo traduce, cómo relee a los autores del pasado.

B: Al hablar de las creaciones pretéritas y el modo en que son interpretadas dependiendo del sitio y el momento histórico, varias dudas me invaden: ¿Qué papel debe tener la literatura en la sociedad? ¿Debe constituir un factor de cambio? ¿Debe contribuir al establecimiento de un orden mundial justo? ¿O simplemente la literatura ocupa un lugar distinto en el espectro humano?

F.M.: A mí me costaría trabajo aceptar que la literatura no sirve para cambiar el mundo. Pero desde luego no creo que el cambio se dé de una manera visible, inmediata. Si no hubieran existido ciertos libros fundamentales no seriamos los mismos, y no sólo aquellos que han tendido oportunidad de leerlos, sino también aquellos que no los han leído.

La literatura de algún modo muestra nuevos deseos, nuevas formas de expresión, nuevas formas de conciliar el ser, de seguir siendo humanos pero de otro modo. Y lo hace a través de la imaginación, a través de la hipótesis: "qué tal si fuéramos así". Finalmente la hipótesis es eso: qué tal si verdaderamente creyéramos que un molino de viento puede ser un gigante.

La literatura nos da permiso para poder imaginar, para poder vernos de un modo diferente, pero cuando nos da ese permiso y nos convence de esa posibilidad hipotética, imaginativa, ya nos ha transformado, porque no estamos ya recluidos en nuestra vieja concepción: ya hemos adoptado como posibles otras formas, y esto a la larga se traduce en comportamientos, conductas y hechos concretos de todos los que tienen o no contacto con la literatura.

Creo que ese es el gran propósito del arte: mostrarnos que siempre hay otra cosa, que no hemos llegado a un punto final de nuestra forma de ser sino que hay muchas otras posibles. En ese sentido la literatura sí nos ha hecho distintos, sí nos cambia. Y eso justifica el esfuerzo por crear nueva literatura que probablemente incida de una manera vital, aunque no visible, en los demás.

B: Por eso se dice que el arte es una manera de prever el futuro.

F.M.: Lo prevé porque de algún modo lo inventa. Es decir, no es que haya un futuro, creo yo, que está ya determinado. El arte mismo, por trabajar con estos materiales que son el deseo, las apetencias más profundas, el inconsciente, va construyendo el futuro que nos va a tocar, a lo mejor no en la generación correspondiente pero sí más adelante.


(Babab.com / Julio 2002)

martes, 16 de junio de 2009

Millás y Shua

Lunes 15 de junio
Novela: “El orden alfabético”
Autor: Juan José Millás
Ganadora: Alba Invernizzi, de Martínez. Profesora de filosofía, rectora en instituto terciario.



Martes 16 de junio
Cuento: “La sueñera”
Autora: Ana María Shua
Ganador: Mario Tsolakian




“No hay caricia más perfecta que el leve roce de una mano de ocho dedos, afirman aquellos que en lugar de elegir a una mujer, optan por entrar solos y desnudos en El Cuarto de las Arañas”.

(Ana María Shua, “Caricia perfecta”, en “Casa de Geishas”)

sábado, 13 de junio de 2009

Las dos y otros 76

Dos ganadoras nuevas, dos Ininterruptus y dos clásicos. En mi opinión, una buena semana.
Delia Kantor, de Belgrano, ya saludada en este Blog por Quique Figueroa, se me adelantó en reconocer a Ursula K. Le Guin, pero está bien; no me enojo por tratarse de una ganadora de primera vez y porque ella leyó la novela; yo sólo deduje el título por la omisión de la palabra ‘mago’ y por la mención de los dragones; se trataba de “Un mago de Terramar”.
Recuerdo ahora que, sin nombrarla, mencioné a K. Le Guin hace cosa de un año y medio, en ocasión de la lectura de “El testamento”, de Francois Villon. Ella es la autora (norteamericana, cultora de la ciencia ficción, muy amiga de nuestra Diana Bellessi) de un cuento que toma al poeta francés medieval como personaje: “Abril en Paris”. Sin embargo, aparte de ese cuento y de algún otro aparecido en “El Péndulo”, no he leído su obra novelística. Tiene un par de títulos que siempre me atrajeron (“El nombre del mundo es bosque” y “La mano izquierda de la oscuridad”), pero nunca pude encontrarlos en las mesas de ofertas que frecuento. “Un mago de Terramar” creo que es parte de una trilogía de otro género, la fantasía heroica (tipo “El señor de los anillos” o “Conan”), que nunca me atrajo, pero debe tener sus valores si proviene de una autora tan elogiada. Delia, la ganadora, contó que en sus años de docente en el Nacional Buenos Aires recomendaba fuera de programa a la Le Guin.
La otra nueva podiasta fue María Luisa Ferrari, la ingeniera agrónoma y diseñadora de parques y jardines a quien, en razón de parecidas circunstancias conyugales, percibí como una de las mías.
Afincada en tierra propicia para su trabajo, en Escobar, ella es oriunda de Pigué, una ciudad del centro de la provincia de Buenos Aires donde permanece su señor esposo, con quien María Luisa, a causa de esta distancia, “está de novia”, dijo. Tiene hijos ya grandes, a los que también ve esporádicamente, pero se la escuchó muy contenta de poder ejercer en libertad su profesión. Además, la proximidad de la capital le permitió incursionar en el taller literario del centro cultural con que las Madres de Plaza de Mayo ocuparon las instalaciones de la nefasta escuela de mecánica de la armada, y ahí fue que María Luisa tuvo noticia de Alexander Block, el poeta ruso leído el jueves; y así pudo reconocer “Los doce y otros poemas”, una lectura, a mi juicio, de las difíciles.
En tanto (hablando de poetas), el clásico de la semana –dos en uno- estuvo dado por el nuevo triunfo del reincidente Roberto López Motta, esta vez con la obra del Dante “Vita Nuova”.
Pero, a propósito… ¿y la alumna de la Dante? ¿Y el Pollo Tsolakian? ¿Y Naón? ¿Y Agustín? ¿Qué pasó con los especialistas en teatro –y/o teatristas, como tres de los nombrados…? Los dos Ininterruptus de la semana –que llevan a 30 el total- fueron redondamente dramatúrgicos, por cierto. Uno, de asunto quizá sentimental con aditamento de intriga o espionaje, tal vez de origen británico, tal vez de los años 20 o 30… El otro, de los 50 o 60, costumbrista, juvenil, francés… Digo, por decir algo. Pero yo, en realidad, ni idea.
¿Serían autores nuevos? ¿Serían nuevos intentos con pasados Ininterruptus? O –debe agregarse ahora- sería una segunda lectura de algún ya leído…
En fin, algún día se sabrá.
Por ahora cabe festejar que la lista total de ganadores que se reparten los 567 juegos –o, mejor dicho, los 537- llegó, con Delia y María Luisa, a 78, si mis estadísticas no me fallan.
Y, a propósito…

Humberto Maturana Romesín ha dejado un nuevo comentario en su entrada "¿A donde vas, Gilgamesh? La vida que tú buscas nun...":

Compruebo la inquina del muchacho de seguridad literal, cuyo servicio ha decaído en la nueva etapa de Parrafus.
Veo que no solo vigila su posición, sino que además hostiga al resto de los competidores.
¿Será el acoso de Tsolakián o de Cornejo que lo ponen peliagudo?
Aunque quizá, las nuevas reglas de juego lo desconcierten frente a su cúmulo de estadísticas. Y precisamente esto aumente en nivel de inquina en sangre y aumente su cuota de hostigamiento diario.
Le daremos un bonus para que asista a nuestros cursos de Conversar Liberador. Le sentarían bien al oyente Perenchio.

Publicado por Humberto Maturana Romesín para Los Parrafistas a las 8 de junio de 2009 10:07


¿”Nueva etapa de Párrafus”?
¿”Las nuevas reglas del juego”?
Bueno, es correcto. Usted lo dijo, estimado Romesín. Coincidimos en algo. Y es precisamente por esos cambios en la mecánica de Párrafus que sigo meditando acerca de mi futura –nueva- participación, o no. También es cierto que no conocía casi ninguna de las últimas lecturas, pero eso es aparte. Para el lance –para “la timba”- sigo siempre dispuesto.
Y, a propósito…

78… lindo número para la Nacional de hoy, ¿no?
Ciao. Buena suerte.

martes, 9 de junio de 2009

Cuatro poetas

Martes 09 de junio
Poesía: “La vida nueva”
Autor: Dante Alighieri (1)
Ganador: Roberto López Motta (2)


Himnos a la noche

¿Con qué corazón, con qué ánimo cantarte, noche,
en esta ciudad triste como una gran niña sorda
que no podía desearnos, entre hombres fatigados
por el peor de los males, por la espera, que venían
a repetir en vano desde todas partes los llamados,
las comidas, las frustradas fiestas, a mancharte
sin saberlo, simulando en tus umbrales el inefable ruido
que es el mundo en los días de la vida verdadera?
Íbamos solos y callados por calles, por iluminadas avenidas,
nos mirábamos sin paz, como sacerdotes amenazados,
en nuestra piel contábamos el paso del tiempo,
en la vaga angustia de una mujer que nos quería,
mientras sentíamos siempre entre los dientes el gusto
honroso y mortal de un fruto de silencio que ardía.
Y ese fruto era el válido homenaje de nuestras voces
que el alba a veces premiaba con su turbia amnistía.

(De “La vida nueva”, Héctor A.Murena (3), 1951)


Novalis (4), Parrafista Nº 275, 26/02/08, con “Himnos a la noche”

lunes, 8 de junio de 2009

Parrafus quiromante

Este lunes, Hugo leyó una novela que fue reconocida al minuto y monedas por Delia Kantor, lecto-docente del barrio de Belgrano.
R&H Mel afirmaban que Belgrano es un país. Probablemente.
La novel ganadora se jubiló del oficio docente, dictó clases en el Nacional Buenos Aires, turno vespertino, y en el Devoto School.
Se coronó en el podio irracional con "El Mago de Terramar" de Ursula K.Le Guin.

Delia tuvo un delicioso diálogo, con el joven siempre irracional, Paredero.
Confesó escuchar el espacio PI, un año ha.
Pero, no es nocturna. Entonces, suele querer despertarse para la medianoche, mas no siempre lo logra. Y allí pierde.
Por eso propuso parrafus diurno y otro nocturno.
Aunque para eso, precisamente para eso, y mucho mas, están los audios que amablemente publica Pablo Graciani en la web.

El destino ungió a Delia esta semana, arrancando a full, venciendo la somnolencia y reconociendo la novela de la escritora estadounidense, ya que solía formar parte del material de lectura que Delia encomendaba a sus alumnos.
La dama de Belgrano vio recompensada su paciencia, e insistencia, pese a esporádicos duermevelas, malditos e inoportunos Interruptus que enterraban las eventuales luces de victorias.
Hoy forman parte del pasado. Bienvenue!

sábado, 6 de junio de 2009

Palabras claras para la parrafada

Instrucciones para Parrafear

El modo más prolijo: Mediante el envío de una dirección de e-mail a mi casilla (elloyyo@yahoo.com.ar), el oyente será convidado a incorporarse como “Autor Invitado” en el Blog. Si acepta, a través de unos sencillos pasos que la misma invitación explicita, verá su nombre y apellido (o seudónimo) en letras azules a la derecha de la pantalla, junto al de Quique Figueroa, Fernando Terreno, Pablo Graciani, Marta y el mío propio. Una vez allí, podrá escribir y sumar “Entradas” (tal el nombre técnico de cada texto) cada vez que quiera.

El modo más rápido: Haciendo click en la palabra “Comentario” (generalmente, “0 comentario”) que figura al pié de cada “Entrada”, se abre una minipantalla con un campo para escribir; en su base, hay una etiqueta que dice “Publicar comentario”; luego de redactar el texto, se hace click allí para que el comentario quede incorporado. La desventaja de este modo de publicar es que los textos no aparecen a la vista cuando se abre el Blog, como el resto de las “Entradas”; para leerlos, hay que abrirlos especialmente clickeando en la palabra “Comentario” (para entonces, “1 comentario”, o 2, o 3,o 4...).
Muchas gracias y ¡adelante!

jueves, 4 de junio de 2009

Primera semana de junio

CON CIENCIA Y SENOS

Lunes 01 de junio
Novela: “La conciencia de Zeno”
Autor: Italo Svevo (1861-1928)
Ganadora: Verónica Cornejo



¡¿OTRO HINDU?!

Martes 02 de junio
Novela: “El viudo Lovel”
Autor: William Thackeray (1811-1863)
Ganador: Quique Figueroa

MARIO COLOQUIAL

Miércoles 03 de junio
Novela: “El coloquio de los perros”
Autor: Miguel de Cervantes Saavedra
Ganador: Mario Tsolakian

ANONIMA INMORTAL

Jueves 04 de junio
Poesía: “Gilgamesh”
Autor: Anónimo (siglo XXIII A. de C.)
Ganadora: Verónica Cornejo




“CABEZA A CABEZA CON TSOLAKIAN”, LEYO…

Viernes 05 de junio
Poesía: "Huesos de sepia"
Autor: Eugenio Montale (1896-1981)
Ganadora: Verónica Cornejo

“¡Montale!”, se dijo la jocketa de Lugano, y arremetió con dos victorias consecutivas para dejar atrás a Mario y emparejar ya a María Suárez en el segundo puesto de la tabla general: 57 a 57, ahora. Y va por Perenchio, que se quedó en 89 con el caballo cansado.

EUGENIO MONTALE

Poeta, crítico literario y premio Nobel italiano, nacido en Génova. Combatió en la I Guerra Mundial y, después de trabajar para una revista y para una editorial, en 1928 fue nombrado director de la biblioteca del Gabinete Vieusseux, en Florencia, trabajo que abandonó en 1938 a causa de sus convicciones antifascistas. Durante diez años tradujo al italiano a autores ingleses y norteamericanos y en 1948, empezó a escribir como crítico literario y musical para el Corriere della Sera, el periódico de Milán. Publicó cinco libros de poemas, entre los cuales cabe destacar Huesos de sepia (1925), Las ocasiones (1939) y El vendaval y otras cosas (1956), todos ellos reeditados en un solo volumen, Poesie (1958). Precisamente por su labor poética consiguió el Premio Nobel de Literatura en 1975. Montale fue un lector apasionado de la literatura de finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX. Temas como el futurismo y el simbolismo le interesaron extraordinariamente, así como los trabajos de distintos escritores, entre ellos Marcel Proust y T. S. Eliot, a quien tradujo al italiano, al igual que a otros autores anglosajones.

WWJ

No es un error de tipeo, chingando w por j, ya que en el decimonónico siglo XIX, no habiamus internet, pero contábamos con el escritor británico William Wymark Jacobs.

WWJ cultivó el humor y también el género macabro.
Probablemente "La pata del mono", sea uno de los mas conocidos.

Lo escuché en Abra Palabra, otro programa irracional de lecturas a pedido.
Ande? en LRA!

La lectura del mismo en la voz e interpretación de Alberto Laiseca es memorable/inolvidable.
Animaos, y presionad el botón de escucha, vulgo play.

¿A donde vas, Gilgamesh? La vida que tú buscas nunca la encontrarás

La madrugada del jueves 4, la lectura irracional anunciada fue un poema.
Uno se prepara, agudiza el oído y afila las lanzas.
Arrancó la lectura, y a las cuatro líneas, me había ido hacia Oriente, pero ni noticias de la obra, y menos del autor.
Afortunadamente, entre la "distinguida multitud", sobresalía con su lenguaje culto y vasto, la dama de Lugano. Verónica Cornejo, deslizó que se trataba del Poema de Gilgamesh, de autor anónimo. Que se trataban de tablillas, con escritura cuneiforme.

Por eso mesmo, me acerqué al mataburros digital, como para salir de la ignorancia supina, e incorporar algunos conocimientos dolinescos, tal como hace la citada reincidente podiasta.
Entonces, los comparto junto a la parrafada.

A la salud de Gilgamesh!

miércoles, 3 de junio de 2009

La novela de un padre

“Aunque me fuercen yo nunca voy a decir que todo el tiempo por pasado fue mejor: mañana es mejor”
Luís Alberto Spinetta, “Artaud”


Las amables palabras de Fernando Terreno tras su triunfo de la semana pasada están todavía pendientes de agradecimiento. Esa deuda me hace sentarme hoy otra vez a la máquina, robándole unos minutos preciosos al necesitado descanso. Pero el amigo de Chacarita lo merece.
Es difícil de entender, para un primerizo como yo, la manera en que la atención de un bebé consume tanta energía. Aunque me tomé todo esto con mucha más naturalidad que Cristina (que se toma casi todo muy a la tremenda), aunque disfruto mucho, en un ciento por ciento, tanto las nuevas tareas domésticas que el Fulanito exige (cocina, alimentación, limpieza) como el tiempo de pasividad en que sólo hay que cuidarlo, termino los días en que estamos juntos (mis tres días de franco y parte del jueves) con un agotamiento pocas veces experimentado. Tal vez también a mí, en realidad, un tremendismo inconciente me hace vivir todo esto con una carga importante de preocupación. Somos padres grandes, es nuestro primer hijo, y no hay duda de que los temores y dificultades de la crianza, vistos allá a lo lejos, ajenamente hasta ahora, hacen su trabajito en nuestras cabezas.
De modo que sobre todo ahora, cuando ya el susodicho cumplió un año y requiere permanentes estímulos para lanzarse a la marcha y a la palabra, no me está quedando tiempo ni energía para nada -ni siquiera para las estimulantes palabras que la marcha de este Blog me vienen generando desde hace más de dos años.
Dicho todo esto -como insulsa justificación de mi reciente pobreza en el Blog y en el juego-, paso a la glosa de la más enaltecedora hipótesis del amigo Terreno.
Dijo Terreno que se le había ocurrido un apodo para mí: “Ireneo Funes” Perenchio, por el memorioso personaje de don Jorge Borges. Hasta ahí, me reiteraba un apodo que ya recibiera antaño (creo que de parte de Hugo); es posible que Fernando no lo hubiera escuchado entonces, o que no lo recordara. Pero lo interesante de este renovado mote es que nuestro ingeniero, jugando ingeniosamente con las palabras, transformaba “Funes” en “Fénix”.
Se charlaba con Hugo de la autorizada reiteración de autores. Recordaron que Perenchio, recalcitrante opositor, no estaba de acuerdo con la medida. Entonces Fernando, amistoso y magnánimo, arriesgó que en cualquier momento yo reacomodaría el “chip” a la nueva reglamentación y, cual ave fénix, resurgiría de mi cenicienta ubicación en el podio 2009 (así quise interpretarlo) para arrasar otra vez en el torneo anual. Así, se anticipaba a denominarme “Ireneo Fénix” Perenchio.
Muchas gracias por tu teoría, Fernandito, pero dificulto. Me parece que ya puede decirse que los queridos compañeros oyentes Tsolakian y Cornejo (grrrrrrr), que marchan cabeza a cabeza, se disputarán esta vez la primacía. Es cierto que permanezco en un tercer puesto expectante (¿o segundo?), pero creo que eso será todo.
Eso sí: parafraseando a un tiempo a María Suárez (antitéticamente) y a Luís Alberto Spinetta, digo esto: “Aunque me fuercen, yo nunca voy a decir que… ‘se me acabó el repertorio’”
Y, por otra parte, también puede decirse que, aunque este 2009 no será el año de Perenchio en Párrafus Interruptus, sí lo es, en lo futbolístico, el de mi querido Chacarita Juniors, que se aproxima sábado a sábado (y faltan solo tres) al ascenso a la primera división.
Así que prepárense, bosteros y gallináceos: a partir de agosto volveremos a vernos las caras y el Funebrero enterrará a más de uno.
¿Ven? Sigo de capa caída. Ese final, propio de cualquier suplemento deportivo, no es para nada brillante. ¡Pero sí lo es la tricolor de Chaca, la camiseta más bella del fútbol argentino!

El padre de la novela

Y efectivamente hoy apareció Miguelo de Cervantes Saavedra. Como Hugo había advertido, no sería con el Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha.
Fue con
Novela y coloquio que pasó entre Cipión y Berganza, mas conocido como El coloquio de los perros.
El parrafista veloz, fue Mario Tsolakian, el joven palermitano, cultor de las letras, quien habló con solvencia y firme recuerdo de varias cuestiones de Miguelito.

Lo cierto es que el Manco de Lepanto, fue un adelantado.
Vaya por caso, el ardid que hace al sacar la segunda parte del Quijote, frente a una continuación apócrifa de su primera parte.
Pero lo hace, no por orgullo, sino para no perder el subsidio que estaba cobrando como escritor. Esto lo mueve a terminar la segunda parte en tiempo récord.
Así y todo, Cervantes, incluye parte de los personajes apócrifos, y los entremezcla en su segunda parte. Una metanovela.
Por eso creo, el tipo hubiese sido feliz con el cine, o con internet, por esto de la intertextualidad que nos muestra, como una joya oculta.
De hecho, en El coloquio, vincula al militar de El casamiento engañoso, quien en medio de sus delirios febriles, asiste al diálogo entre dos perros que conversan. Son Cipión y Berganza, y de este modo, y al mejor estilo de musicalizador avezado, hace un enganche propio de Alejandro Pont Lezica, pero en tono literario. Adelantandose unos 365 años.
En la dedicatoria de su última obra, publicada en 1617 como póstuma, Los trabajos de Persiles y Sigismunda, que ofrece al conde de Lemos, escribe: "Aquellas coplas antiguas, que fueron en su tiempo celebradas, que comienzan: "Puesto ya el pie en el estribo," quisiera yo que no vinieran tan a pelo en esta mi epístola, porque casi con las mismas palabras las puedo comenzar, diciendo: "Puesto ya el pie en el estribo, con las ansias de la muerte, gran señor, ésta te escribo." En varios aspectos, Cervantes aún hoy deleita y sorprende.
No en vano nuestro español, se conoce como "la lengua de Cervantes".

Por si os interesa acceder al Coloquio desde la web, podéis hacerlo desde aquí.